(versión Picóscar)
El 20 de Julio de 2010 nos encontramos todos frente a la iglesia divino Niño Jesús del 20 de julio (barrio de Bogotá). A las 10 am nos empezamos a disfrazar con nuestros trajes simbólicos. Tuve una pequeña conversación con Jimena Moreno para conspirar una sorpresa.
Luego de un poco de duda y demora decidimos hacer un ensayo grabado en la plaza frente a la iglesia. Los personajes víctimas se ubicaron en la plaza mientras los personajes tiranos comenzaron desde arriba de unas escaleras. Sucedió un accidente: una señora y su pequeña hija se cayeron al parecer porque se tropezaron con Alejandra Rubiano. Fue sólo un susto pero afectó el ánimo de nuestra amiga.
Yo por mi parte me metí en el papel de gritón consumista y poderoso, cada cual se asumió de alguna manera en su rol. Realizamos el acto pensado el día anterior pero de forma muy caótica. Los amigos con cámara registraron todo. Luego hicimos una pausa.
Decidimos hacer tres imágenes específicas: El momento en el que el tirano esclaviza a la víctima; en el que las víctimas atrapan a los tiranos y el parto de la bandera.
Luego almorzamos y partimos hacia el centro.
Llegamos a la carrera 7 con 26 y luego de un bastante tiempo esperando a los amigos camarógrafos, de nuevo nos disfrazamos. Jimena se quejó de dolor de cabeza, pero comenzamos con nuestro acto con las víctimas ya amarradas.
Caminamos por el septimazo gritando lo que cada personaje tenía que decir, logramos así la atención de los transeuntes. Pero pocas cuadras más adelante Jimena sufrió una hemorragia por la nariz y poco a poco se fue desmayando. Muchas personas se solidarizaron y muy pronto llegaron varios paramedicos.
Yo estuve acompañando a nuestra amiga hasta que ella me preguntó: -¿ahora que hacemos?
Yo grité: -corten!!
El pastorcito tenía muchas ovejas. Las llevaba al campo para que comieran pasto y las cuidaba por si aparecía el lobo. Las ovejas comían y el pastor se aburría. Un día, para divertirse, se puso a gritar: - ¡El lobo! ¡Socorro! ¡El lobo! (...) Pero un día, en el campo apareció un lobo negro que tenía muchas ganas de comer ovejas. - ¡El lobo! -gritó el pastorcito-. De veras, ¡vino el lobo! "Otro lobo de mentira", pensaron los campesinos. Y nadie fue a socorrerlo. El lobo se comió las ovejas más gorditas. Las otras, escaparon de miedo y el pastor perdió todo su rebaño.
La farsa provocó muchas cosas de varias personas. Muchos se creyeron totalmente el cuento, otros fueron escépticos pero no incidieron en la acción. Fue una gran experiencia, bastante controversial y hay que aprender varias lecciones: Tener cuidado con el desorden que se arma porque somos más vulnerables a robos; luego de que se revele la farsa hay que hablar con las personas engañadas y contarles que estamos haciendo y pedirles permiso para usar esas imágenes.
Luego de esto retomamos nuestra marcha hasta llegar a la plaza de las Nieves. Allí la idea era dar a luz a la bandera, pero no se por qué ya había nacido. Así que tocó improvisar la agresión a la bandera y luego su necesidad de pintarla de blanco. No funcionó la lata de pintura como habíamos pensado. Pero a estas alturas ya estábamos muy contentos con lo logrado. Seguro salieron muy buenas imágenes de todo esto, ya que hay como 4 horas de grabación entre todas las cámaras.
De todo lo que vivimos, el mejor signo fue que nos divertimos muchísimo. El peor signo la carencia de dirección conjunta.
No digo que exista un único director sino que todos sepamos bien hacia donde vamos, ósea que preparemos mejor las cosas previamente. Seguimos aprendiendo viviendo.
El 20 de Julio de 2010 nos encontramos todos frente a la iglesia divino Niño Jesús del 20 de julio (barrio de Bogotá). A las 10 am nos empezamos a disfrazar con nuestros trajes simbólicos. Tuve una pequeña conversación con Jimena Moreno para conspirar una sorpresa.
Luego de un poco de duda y demora decidimos hacer un ensayo grabado en la plaza frente a la iglesia. Los personajes víctimas se ubicaron en la plaza mientras los personajes tiranos comenzaron desde arriba de unas escaleras. Sucedió un accidente: una señora y su pequeña hija se cayeron al parecer porque se tropezaron con Alejandra Rubiano. Fue sólo un susto pero afectó el ánimo de nuestra amiga.
Yo por mi parte me metí en el papel de gritón consumista y poderoso, cada cual se asumió de alguna manera en su rol. Realizamos el acto pensado el día anterior pero de forma muy caótica. Los amigos con cámara registraron todo. Luego hicimos una pausa.
Decidimos hacer tres imágenes específicas: El momento en el que el tirano esclaviza a la víctima; en el que las víctimas atrapan a los tiranos y el parto de la bandera.
Luego almorzamos y partimos hacia el centro.
Llegamos a la carrera 7 con 26 y luego de un bastante tiempo esperando a los amigos camarógrafos, de nuevo nos disfrazamos. Jimena se quejó de dolor de cabeza, pero comenzamos con nuestro acto con las víctimas ya amarradas.
Caminamos por el septimazo gritando lo que cada personaje tenía que decir, logramos así la atención de los transeuntes. Pero pocas cuadras más adelante Jimena sufrió una hemorragia por la nariz y poco a poco se fue desmayando. Muchas personas se solidarizaron y muy pronto llegaron varios paramedicos.
Yo estuve acompañando a nuestra amiga hasta que ella me preguntó: -¿ahora que hacemos?
Yo grité: -corten!!
El pastorcito tenía muchas ovejas. Las llevaba al campo para que comieran pasto y las cuidaba por si aparecía el lobo. Las ovejas comían y el pastor se aburría. Un día, para divertirse, se puso a gritar: - ¡El lobo! ¡Socorro! ¡El lobo! (...) Pero un día, en el campo apareció un lobo negro que tenía muchas ganas de comer ovejas. - ¡El lobo! -gritó el pastorcito-. De veras, ¡vino el lobo! "Otro lobo de mentira", pensaron los campesinos. Y nadie fue a socorrerlo. El lobo se comió las ovejas más gorditas. Las otras, escaparon de miedo y el pastor perdió todo su rebaño.
La farsa provocó muchas cosas de varias personas. Muchos se creyeron totalmente el cuento, otros fueron escépticos pero no incidieron en la acción. Fue una gran experiencia, bastante controversial y hay que aprender varias lecciones: Tener cuidado con el desorden que se arma porque somos más vulnerables a robos; luego de que se revele la farsa hay que hablar con las personas engañadas y contarles que estamos haciendo y pedirles permiso para usar esas imágenes.
Luego de esto retomamos nuestra marcha hasta llegar a la plaza de las Nieves. Allí la idea era dar a luz a la bandera, pero no se por qué ya había nacido. Así que tocó improvisar la agresión a la bandera y luego su necesidad de pintarla de blanco. No funcionó la lata de pintura como habíamos pensado. Pero a estas alturas ya estábamos muy contentos con lo logrado. Seguro salieron muy buenas imágenes de todo esto, ya que hay como 4 horas de grabación entre todas las cámaras.
De todo lo que vivimos, el mejor signo fue que nos divertimos muchísimo. El peor signo la carencia de dirección conjunta.
No digo que exista un único director sino que todos sepamos bien hacia donde vamos, ósea que preparemos mejor las cosas previamente. Seguimos aprendiendo viviendo.
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